07 Dic Cómo mantenernos en el entrenamiento físico – (I) Barreras
La actividad física tiene gran importancia en la salud y la calidad de vida de las personas. El ejercicio físico regular mejora el estado cardiovascular y tiene un efecto beneficioso en el estado de ánimo psicológico, pero estos beneficios fisiológicos y psicológicos no pueden obtenerse si la actividad física no se realiza de forma regular.
Existen barreras a la hora de hacer ejercicio y sólo superándolas conseguiremos regularizar la práctica. Algunas de esas barreras son:
• Falta de tiempo. Suele ser la razón más frecuente que aludimos para no ejercitarnos. Esta falta de tiempo es más una percepción que una realidad, donde el problema recae en las prioridades. Así pues, si elegimos programas de entrenamiento agradables, divertidos y satisfactorios, el ejercicio físico podrá competir con otras actividades de ocio.
Gestionemos también nuestro tiempo valorando el ejercicio como algo importante para una calidad de vida elevada; 30 minutos 5 veces por semana o 90 minutos semanales si el ejercicio es vigoroso se considera suficiente para mantenerse activo.
• Falta de Energía. Ésta suele ser una barrera importante para relegar la actividad física pero suele ser más mental que física, de manera que en contra de lo que pueda parecer, el ejercitarnos es energizante cuando esa falta de energía es mental. Incluyamos por tanto una actividad física agradable en nuestra rutina diaria y conseguiremos adherirnos al ejercicio de manera que nuestro cuerpo nos pedirá realizarla.
• Exceso de peso. A las personas con exceso de peso, éste les supone una barrera para mantenerse en un programa de entrenamiento por diversos motivos como la falta de energía, la dificultad para realizar determinados ejercicios y también por la ansiedad física social de sentirse expuesto.
El ejercicio físico es necesario para la pérdida de peso, por lo tanto es necesario que estas personas rompan las barreras y se ejerciten de forma regular. Para ello es conveniente que se apunten a programas de entrenamiento adecuados a sus características donde se inicie con intensidades moderadas y se incremente paulatinamente.
Además de los beneficios físicos, recalcar también la conveniencia del ejercicio para la pérdida de peso por sus beneficios psicológicos. Gran parte de las obesidades están relacionadas con alteraciones emocionales, las cuales llevan al aumento de la ingesta. Así pues, haciendo ejercicio de forma regular además de quemar calorías conseguiremos mejorar el estado de ánimo y consumir menos alimentos.
• Ser fumador. Esta es otra de las barreras para mantenerse en programas de entrenamiento. El ejercicio regular mejora la capacidad cardiovascular por lo que en estas personas es doblemente aconsejable por las alteraciones ocasionadas por el tabaco.
Otro de los beneficios es que el ejercicio ayuda a reducir el número de cigarrillos y es una buena manera de empezar a vislumbrar una vida sin humo.
La persona fumadora que se apunta al gimnasio o inicia una activad física debe ser consecuente con sus capacidades y seguir programas ajustados a sus características, donde también se vayan incrementando las intensidades y frecuencias de ejercicios poco a poco.
• Intensidad del ejercicio. Al apuntarnos a un gimnasio y cuando iniciamos un programa de entrenamiento es mejor empezar por intensidades y vólumenes de ejercicios moderados e ir aumentando en fases posteriores. De esta forma conseguiremos mayor adherencia al ejercicio.
• Ansiedad física social. Este término hace referencia a cómo nos sentimos respecto a nuestra apariencia física. Aquellas personas que sienten ansiedad por sus cuerpos, que tienen una autopercepción física baja y una imagen corporal negativa, tienen dificultades a la hora de motivarse a realizar ejercicio, por lo que es probable que se abandone la práctica. En estos casos debemos realizar un cambio cognitivo hacia pensamientos más positivos junto con exposición para mejorar la autopercepción y autoestima. Un psicólogo puede ayudar a derribar esta barrera y hacer del ejercicio una experiencia agradable que se realice con regularidad.
Hagamos el esfuerzo inicial de derribar estas barreras y empecemos a ejercitarnos de manera que lo incluyamos en nuestras rutinas diarias. Dejará de suponer esfuerzo para convertirse en una fuente de beneficios y satisfacción. Un psicólogo del deporte puede ayudarte a adherirte a un programa de entrenamiento y hacerte más fácil la tarea.
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Posted at 19:16h, 23 abrilConcuerdo totalmente con lo reflejado por el autor, toda esta información me ayudara realizar mi trabajo de mejor manera. Gracias