Lo peor de la ansiedad y el miedo es cuando se instalan como guionistas de nuestra vida y nos arrebatan el mando. (A. Bulbena)
En la consulta de psicología de Marian Gil situada en pleno centro de Zaragoza ayudamos a resolver los problemas relacionados con la ansiedad así como las consecuencias que de ésta se derivan.
La ansiedad es una respuesta normal del organismo que todas las personas experimentan ante situaciones amenazantes o difíciles.
Es una respuesta heredada de nuestros ancestros cuya función era la de salvaguardar la vida, preparando al organismo para la acción y para la huida ante posibles depredadores. Es por eso que los síntomas de ansiedad (taquicardias, respiración acelerada, tensión muscular, etc.) son funcionales y tienen sentido si pensamos en una respuesta de huida. Sin embargo, no son tan útiles ante las amenazas que tenemos actualmente (pérdida de trabajo o ruptura de pareja, por ejemplo) ya que ahora no necesitamos salir huyendo de depredadores y éstos se producen igualmente ante cualquier señal de alarma que percibamos.
Pese a lo incómodos que puedan resultar los síntomas, la respuesta de ansiedad cumple funciones adaptativas porque nos advierte de los riesgos y nos permite prepararnos poniendo en marcha mecanismos ante la amenaza, por ejemplo evitando situaciones peligrosas o buscando recursos para hacer frente a dichas situaciones. Por tanto, es una emoción útil y esperable que nos permite enfrentarnos continuamente a nuevas sensaciones y experiencias, y por tanto no podemos pretender no experimentar nunca respuestas de ansiedad.
Las situaciones que pueden provocarnos miedo o ansiedad son muy diversas y sentir estas emociones dependerá en gran medida de los pensamientos que tengamos en un momento dado.
La ansiedad y el miedo son respuestas normales y comunes en todas las personas ante peligros potenciales (ansiedad) o reales (miedo). Puede la ansiedad convertirse en problema y ser disfuncional cuando:
Nos afecta en cómo pensamos, en cómo actuamos y en cómo reacciona nuestro cuerpo porque la ansiedad es una respuesta compleja que está compuesta por síntomas fisiológicos, cognitivos y conductuales o motores. Todos ellos están relacionados, pueden interactuar pero no siempre confluyen a la vez.
Los síntomas físicos se producen por una activación autónoma que prepara al organismo para la “lucha o huida”, siendo los más característicos las palpitaciones, respiración acelerada, presión en el pecho, sensación de ahogo, mareo, sudores, escalofríos, náuseas, malestar de estómago, diarrea, temblor, inestabilidad, tensión muscular o boca seca. Son muy desagradables pero no son peligrosos.
A nivel cognitivo se produce preocupación, anticipación de peligro, pensamientos o imágenes atemorizantes, dudas, miedo a una evaluación negativa por parte de los demás, dificultades de memoria, de concentración o de atención, dificultad para tomar decisiones, miedo a perder el control o miedo a volverse loco.
El componente conductual implica fundamentalmente reducir la amenaza percibida a través de respuestas de evitación, escape o huida de las situaciones temidas, y conductas de seguridad o de búsqueda de tranquilidad (como por ejemplo llevar siempre encima la medicación cuando se sale de casa). Aunque al principio la evitación puede provocar alivio, a largo plazo suele provocar problemas porque impide afrontar la situación temida. También podemos encontrar otros comportamientos como intranquilidad motora (rascarse, moverse de un lado para otro o hacer movimientos repetitivos) o quedarse paralizado.
Los trastornos de ansiedad son los problemas psicológicos más comunes. Aproximadamente, una de cada cuatro personas sufrirá, como mínimo, un trastorno de ansiedad a lo largo de su vida.
La presencia de un trastorno de ansiedad incrementa el riesgo de sufrir uno o más trastornos adicionales de ansiedad. Es habitual que pacientes con trastornos de ansiedad presenten sintomatología depresiva y viceversa. Además, se ha visto relación con el consumo de sustancias, especialmente con el alcohol.
En cuanto a su curso, los trastornos de ansiedad suelen ser crónicos y persisten durante muchos años. Tienden a empeorar si no se tratan por su posible aparición temprana y por su curso persistente.
Las causas de los trastornos de ansiedad están en permanente estudio y sabemos que están implicados factores psicológicos, biológicos y ambientales. La interacción entre ellos favorecerá la aparición de los mismos.
Determinadas características de personalidad como ser más dependiente, más sugestionable, con más tendencia a la preocupación o más sensible a las críticas y a las amenazas pueden predisponer a sufrir problemas de ansiedad. También son relevantes factores cognitivos como las expectativas de peligro o de sentir ansiedad, las interpretaciones erróneas o exageradas de la amenaza, la falta de control percibido ante la situación aversiva o la atención selectiva a las señales de peligro.
Los trastornos de ansiedad también poseen relación con el sustrato biológico del individuo y existe cierta predisposición genética en su aparición.
Por último, señalar la influencia de los factores ambientales en la aparición de la ansiedad. Acontecimientos estresantes como problemas en las relaciones interpersonales, problemas económicos o laborales, enfermedades o cualquier situación que la persona perciba como peligrosa puede desencadenar un problema de ansiedad.
Existen básicamente dos líneas de intervención que han mostrado ser eficaces para el abordaje de los problemas de ansiedad, las terapias psicológicas en su orientación cognitivo-conductual y los tratamientos farmacológicos. Pueden ser usados o no de forma conjunta según el tipo de problema de ansiedad, ya que cada trastorno de ansiedad cuenta con tratamientos que han mostrado ser más o menos eficaces.
Desde esta consulta, la psicóloga Marian Gil aborda los trastornos de ansiedad desde una orientación cognitivo conductual, por ser sus técnicas las que han mostrado mejores resultados en el tratamiento de la ansiedad. Se ofrece una atención individualizada, estudiando personalmente todos los aspectos que contribuyen al origen y mantenimiento de la ansiedad para así comprender la situación del paciente. A través de la última tecnología y técnicas cognitivo conductuales como la exposición (tanto en vivo como mediante realidad virtual), la modificación de pensamientos distorsionados, el control emocional, el entrenamiento en relajación y respiración o el aprendizaje de habilidades sociales, se dota al paciente de las estrategias de afrontamiento necesarias para su recuperación y bienestar.
La ansiedad forma parte de un gran número de trastornos psicológicos y somáticos. Existen diferentes subtipos de ansiedad donde cada trastorno se caracteriza por diferentes manifestaciones, pero en todos ellos los síntomas se agrupan alrededor de un temor irracional y excesivo.
A continuación se presentan los trastornos más frecuentes con ansiedad clínica como elemento fundamental.
Psicóloga General Sanitaria especializada en ansiedad, con amplia experiencia tanto en la práctica profesional como en investigación.