Los trastornos de personalidad acompañan a lo largo de toda la vida a no ser que se reciba tratamiento oportuno.
Desde la consulta de psicología de Marian Gil estudiamos la personalidad y ayudamos a modificar aquellos rasgos que provocan malestar o causan problemas, para así conseguir una mejor adaptación y un mayor bienestar.
La personalidad es el modo de ser habitual de cada individuo. Es la manera en que pensamos, sentimos, actuamos, nos relacionamos con los demás y reaccionamos en la mayoría de situaciones.
Es un patrón de pensamientos, sentimientos y conductas característicos que distingue a las personas entre sí, que predispone a responder de una determinada manera, que persiste a lo largo del tiempo y que influye en cómo nos adaptamos al entorno.
Una personalidad sana supone la capacidad para afrontar las responsabilidades diarias de un modo flexible, con percepciones y conductas que fomentan la satisfacción personal. Cuando se responde siempre igual a las demandas del ambiente o cuando las interpretaciones y comportamientos producen un malestar personal o una reducción de oportunidades para aprender y crecer, hablamos de un patrón de personalidad desadaptativo.
No existen rasgos de personalidad buenos o malos, dependiendo de la situación unos serán más adaptativos que otros. Es el no saber ajustarlos a las circunstancias y el presentarlos en forma extrema lo que provoca dificultades y comportamientos problemáticos.
La personalidad tiene una gran influencia sobre nuestro funcionamiento en las diferentes áreas de la vida e incluso sobre la salud. El rendimiento en el trabajo, las habilidades para relacionarse con los demás, la preferencia de determinadas actividades de ocio, la conducta sexual o la predisposición a sufrir determinadas enfermedades pueden estar influidos por la personalidad. Es por ello que conocer los rasgos de personalidad permite entender comportamientos y emociones que afectan a la vida diaria, y facilita el abordaje de aquellos que perjudican e interfieren en el bienestar.
A través de entrevista y pruebas psicológicas estandarizadas, la evaluación de la personalidad permite conocer los rasgos de temperamento y carácter de la persona. Por un lado ello posibilita conocer las potencialidades personales para sacar el máximo provecho de ellas. Por otro, permite identificar aquellos rasgos que ocasionan malestar y dificultan la adaptación a las adversidades, para intervenir sobre ellos y mejorar el bienestar.
La evaluación puede también detectar la presencia de trastornos de personalidad, en cuyo caso además de facilitarnos su abordaje, permite conocer cómo afecta a la vida diaria y a la salud mental de la persona.
Hablamos de trastorno de personalidad cuando la persona presenta un patrón habitual de pensamientos, sentimientos y comportamientos que no es el modo de ser más frecuente de las personas de su entorno y que no se ajusta a lo que cabría esperar según su contexto sociocultural.
Los trastornos de personalidad no son producto de una situación o acontecimiento vital concreto sino que abarcan la mayor parte del ciclo vital del individuo.
Se manifiestan en la forma de percibirse a uno mismo, a los demás y a los acontecimientos, en la intensidad y adecuación de las emociones, en las relaciones interpersonales y en el control de los impulsos. La persona con trastorno de personalidad se comporta y expresa en la mayoría de ocasiones de una manera muy similar, independientemente de lo que requiera el momento o la situación. Eso le hace vulnerable y frágil ante situaciones nuevas que requieren cambios, por ejemplo ante condiciones de estrés.
Los trastornos de personalidad provocan alteración emocional y conductual, y dificultades en diversas áreas de la vida (como en el trabajo, en la familia o en las relaciones sociales). También provocan malestar intenso en el afectado (o en quienes le rodean), pero puede no haber conciencia de enfermedad y la persona no ser consciente de que su modo de ser es la causa de su malestar o de los problemas a los que debe enfrentarse.
Puede haber otras complicaciones asociadas, como trastornos del estado de ánimo, de la alimentación o adicciones.
Según el tipo de estructura del pensamiento y del comportamiento inadecuado se han descrito diferentes tipos de trastorno de la personalidad:
Desde nuestra consulta de psicología evaluamos el perfil de personalidad, detectamos o descartamos trastornos de personalidad, informamos de cómo esos rasgos pueden estar afectando a sus comportamientos y emociones, y a través de técnicas cognitivo-conductuales ayudamos a resolver los problemas de personalidad.
El objetivo de la intervención es modificar los procesos que ocasionan patrones conductuales, de pensamiento y emocionales rígidos y problemáticos, hacia otros más adaptativos. No se pretende un cambio radical de temperamento sino eliminar las conductas que dificultan la adaptación al entorno y facilitar el máximo aprovechamiento de las potencialidades que cada persona tiene, respetando siempre su idiosincrasia.
Si desea asesoramiento sobre temas relacionados con la personalidad, desde Marian Gil Psicología Zaragoza podemos informarle y ayudarle en su abordaje.
Si desea asesoramiento sobre temas relacionados con la personalidad, desde Marian Gil Psicología Zaragoza podemos informarle y ayudarle en su abordaje.