La mayoría de parejas que acuden a terapia de pareja manifiestan una mejora en la relación y en su bienestar personal
Marian Gil ofrece terapia de pareja para tratar todo tipo de problemas derivados de las relaciones afectivas en cualquier tipo de estructura familiar.
La terapia de pareja es un tipo de intervención psicológica destinada a recuperar la satisfacción y la complicidad de la pareja, mejorar la convivencia, y crecer en la relación. Para ello se evalúan los conflictos surgidos en la pareja, se analizan y concretan las causas de la insatisfacción y se estudian los factores que mantienen estos problemas en el tiempo. Una vez identificada la problemática de la relación, la terapia ayuda a reconocer las dificultades, a comprender los patrones de comportamiento que generan conflicto, a promover el cambio, a mejorar la capacidad de llegar a acuerdos, a mejorar la comunicación y a aprender nuevas formas de afrontamiento.
La terapia de pareja no solo sirve para recuperar la relación sino que en ocasiones servirá para aceptar la separación, y no por ello la intervención psicológica habrá fracasado ya que habrá supuesto la oportunidad de ver que era la alternativa que podía hacerles más felices. En estos casos se acompaña y orienta a los miembros de la pareja en el proceso para que la ruptura sea lo menos conflictiva y dolorosa posible.
En el momento en el que existe insatisfacción en la relación o aparecen problemas que se mantienen en el tiempo y no se consiguen resolver por los propios medios sería aconsejable solicitar la ayuda y orientación de un terapeuta de pareja para evitar que los problemas se cronifiquen y se hagan más resistentes al cambio. Cuanto antes se pida asesoramiento, antes podrán resolverse las dificultades de la relación y antes se aliviará el sufrimiento que éstas conllevan. Los problemas de pareja son una fuente de estrés, que mantenidos de forma crónica pueden aumentar las posibilidades de contraer enfermedades, tanto físicas (al debilitarse el sistema inmunitario) como mentales (predominando la patología ansiosa, la depresiva, disfunciones sexuales y el abuso de sustancias). Así pues, cuidar la relación de pareja es importante para el equilibrio físico y mental.
Algunas de las señales que nos indican la conveniencia de una terapia de pareja pueden ser una comunicación escasa, el incremento de las críticas y reproches, continuos desacuerdos, la disminución de las muestras de cariño o la aparición del resentimiento.
La terapia de pareja puede ser útil para diferentes tipos y grados de problemáticas. Pueden beneficiarse tanto parejas con desavenencias o con constantes conflictos y estrés en la relación, como aquellas que están al borde de la separación. También parejas con relativamente pocos problemas pero que desean desarrollar y optimizar su relación.
Entre los distintos motivos por los que se puede solicitar ayuda a un terapeuta de pareja se encuentran:
Desde la consulta Marian Gil Psicología, la psicóloga lleva a cabo terapia cognitivo conductual de pareja por tratarse de un tratamiento con eficacia demostrada. Dicho enfoque se basa en los principios de aprendizaje y proporciona técnicas específicas para promover el cambio de comportamientos y pensamientos inadecuados en ambos miembros de la pareja. Siempre la terapeuta de pareja adaptará la terapia a las peculiaridades y necesidades de cada relación.
Primero hacemos una evaluación conjunta de ambos miembros de la pareja donde se explora cómo está la situación actualmente, qué valoración realiza cada uno de la problemática, cómo les ha afectado individualmente, qué factores creen que han podido afectar a la situación actual, qué estrategias se han utilizado para resolver las dificultades, y los objetivos y motivaciones que tiene cada uno respecto a la terapia, entre otros aspectos.
Tras esta primera sesión se valora si es necesario realizar una sesión individual con cada uno de los miembros de la pareja por separado para completar la información recogida y evaluar aspectos personales que puedan estar afectando a la situación actual. Salvo estas sesiones individuales de evaluación y alguna en la que se crea conveniente trabajar algún aspecto concreto, las sesiones suelen ser conjuntas para así abordar los diferentes aspectos desde la interacción de la pareja.
Tras la evaluación se proporciona a la pareja la valoración del caso y a partir de ahí establecemos los objetivos de la terapia, es decir, qué aspectos es conveniente trabajar dada la situación y las expectativas de ambos miembros.
A continuación comenzamos la intervención terapéutica donde se aplicarán unas u otras técnicas dependiendo de la problemática en cuestión y de los objetivos comunes y concretos establecidos.
En general, el proceso terapéutico consistirá en motivar y preparar para el cambio, resolver problemas individuales, redefinir objetivos específicos comunes, advertir y medir los progresos, practicar las conductas deseadas, reforzar los progresos y generalizar las adquisiciones logradas por la pareja en la consulta a su ambiente cotidiano.
La terapia de pareja supone una oportunidad para recuperar la autoestima de los miembros de la pareja, para clarificar los objetivos vitales y para aprender recursos y habilidades que les permitan entenderse y resolver conflictos. Además de resolver problemas específicos, supone una oportunidad de aprendizaje para:
– Mejorar el clima emocional mediante el intercambio de conductas agradables y la disminución de críticas, reproches y acusaciones mutuas. Ello mejorará la percepción de la relación y permitirá abordar los auténticos problemas de manera más eficaz.
– Mejorar la comunicación, de manera que ésta sea clara y exacta. La terapia dotará de habilidades para expresar sentimientos de una forma adecuada, tanto los agrados como los desagrados, para escuchar de forma empática y para mejorar la capacidad de llegar a acuerdos.
– Enfrentarse a los conflictos de forma más satisfactoria, para ello se enseñarán a los miembros de la pareja estrategias eficaces de afrontamiento, de resolución de problemas y de negociación.
– Manejar los momentos de hostilidad y mal humor y conseguir una adecuada regulación emocional. Para ello se entrenará en el control de emociones y en comunicación emocional, y se dotará de estrategias para prevenir o abordar este tipo de situaciones.
– Fomentar el cambio cognitivo y eliminar sesgos. Las suposiciones, la atención a aspectos concretos de la relación en detrimento de otros, los estándares o las expectativas que ambos miembros tienen sobre cómo debería ser una pareja ocasionan problemas en la relación por no ser del todo realistas. La terapia ayudará a identificar este tipo de pensamientos y a cambiaros hacia otros más adaptativos.
– Mejorar la interacción en las distintas áreas de la convivencia como la economía, las tareas domésticas, el trabajo fuera de casa o estudios, la educación de los hijos, el tiempo de ocio, la relación con los familiares o las amistades. La terapia tratará de orientar de forma satisfactoria para ambos miembros de la pareja su funcionamiento en las diversas áreas.
– Mejorar la sexualidad. No es infrecuente que a medida que la relación avanza se produzca una disminución de la satisfacción sexual en uno o ambos miembros de la pareja. La terapia será una oportunidad para aumentar dicha satisfacción a través de cambios en los patrones de interacción sexual.
– Prevenir futuros problemas y afrontarlos si aparecen. La terapia dotará a los miembros de la pareja de habilidades tanto para prevenir futuros problemas como para solucionarlos cuando aparezcan, ya que el objetivo último no es evitar cualquier tipo de conflicto sino saber resolverlos de forma eficaz.
El objetivo de muchas parejas que acuden a terapia es recuperar la satisfacción de la relación. Existen factores que hacen más fácil alcanzar ese objetivo y por tanto predicen mayor éxito de la terapia. En primer lugar será necesario que las dos partes de la pareja tengan el deseo de permanecer juntos, si no es así habrá que establecer objetivos alternativos.
Es importante que exista una voluntad por parte de ambos para superar las diferencias. Así pues, la terapia se verá favorecida siempre que cada uno esté dispuesto a reconocer qué aspectos de su conducta están afectando a las discrepancias, y cuando exista compromiso de los dos para esforzarse por practicar conductas que harán posible el desarrollo de la relación.
En el restablecimiento de la relación de pareja lo aconsejable es la participación de los dos miembros ya que ambos son parte del problema y también responsables de la solución. Sin embargo, en ocasiones uno de los dos no quiere realizar una terapia de pareja porque no lo ve necesario, por miedo a lo desconocido, porque no cree que una persona externa pueda ayudarles o porque culpa al otro de lo que está sucediendo.
En estos casos, que la persona interesada acuda a terapia individual puede ser positivo tanto para ella como para la relación de pareja. A nivel individual puede ayudarle a comprender el estado de la relación, a reducir el malestar, a aprender habilidades de interacción más adaptativas y a actuar de forma más eficaz. La relación de pareja también puede verse favorecida ya que el cambio en un miembro induce a cambio en el otro y esto puede incluso motivar al más reticente a iniciar una terapia de pareja.
Si desea más información o quiere iniciar una terapia de pareja no dude en ponerse en contacto con nuestra consulta de Zaragoza donde una especialista podrá asesorarle y ayudarle a resolver esas dificultades en la relación.
Psicóloga Cognitivo Conductual con más de 15 años de experiencia llevando a cabo terapias de pareja.