Marian Gil | Psicología | Bruxismo, trastorno del sueño que consiste en apretar y/o rechinar los dientes
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22 Oct Bruxismo, trastorno del sueño que consiste en apretar y/o rechinar los dientes

¿Qué es el Bruxismo?

El bruxismo asociado al sueño o también llamado bruxismo nocturno consiste en una actividad rítmica de los músculos de las mandíbulas (masetero y temporales) durante el sueño, que provoca contracciones de las mandíbulas superior e inferior y una  fricción en los dientes. Ello produce un molesto ruido aunque normalmente la persona no tiene conciencia de ello.

Es definido en la Clasificación Internacional de los Trastornos del Sueño (Interntional Classification of Sleep Disorders, ICSD) como un trastorno del movimiento estereotipado que ocurre durante el sueño y que se caracteriza por rechinar y/o apretar los dientes. La ICSD lo clasifica como una parasomnia dentro de la categoría de “otras parasomnias”, ya que no es un trastorno primario del sueño pero sí un trastorno que interfiere u ocurre durante el sueño.

Las consecuencias del bruxismo nocturno pueden ser el daño, sensibilidad o desgaste en  los dientes, rigidez o desarrollo excesivo de la musculatura de las mandíbulas, cansancio al masticar, alteraciones en la articulación temporomandibular, dolor muscular en las mandíbulas, dolor de cabeza, ulceraciones de la mucosa bucal producidas por mordiscos y la interrupción del sueño de la pareja.

Cuando la persona con bruxismo nocturno no presenta ningún otro trastorno mental o médico, hablamos de bruxismo primario, y es la condición más frecuente. Cuando el bruxismo nocturno ocurre en pacientes con trastornos psiquiátricos o neurológicos, que están con tratamiento farmacológico (por ejemplo neurolépticos e inhibidores de la recaptación de serotonina) o consumen drogas, se denomina bruxismo secundario.

¿Qué nos dicen los estudios del sueño sobre el Bruxismo?

La polisomnografía es el registro de la actividad cerebral, de la respiración, de la actividad muscular, del ritmo cardíaco y de los niveles de oxígeno en sangre durante el sueño.

En personas con bruxismo esta monitorización muestra una actividad incrementada en los músculos temporales y masetero durante el sueño. También se observa que aparece con mayor frecuencia en la fase 2 del sueño y en la transición entre las distintas fases, aunque puede ocurrir durante todos los estadios del sueño. En algunos individuos tiene lugar en fase REM.

¿Qué síntomas caracterizan el Bruxismo?

woman-white-female-care-professional-medicine-496715-pxhereEl Bruxismo se caracteriza por el rechinar o apretar los dientes durante el sueño; además, se suelen producir sonidos asociados a esa fricción de los dientes,  aparece  desgaste anormal dental y también puede conllevar molestias o dolor en los músculos de las mandíbulas.

Es aconsejable que el diagnóstico se realice con la pareja o familiar observador del sueño del paciente ya que son ellos los que perciben los sonidos realizados por la fricción de los dientes, que en ocasiones son causa de molestia. El propio afectado que rechina los dientes no tiene conciencia de esta conducta y rara vez se despierta por el ruido producido. El trastorno suele llegar a la consulta para eliminar esos sonidos, aunque los primeros signos del trastorno pueden ser reconocidos por un dentista.

El diagnóstico completo de bruxismo requiere entrevista con el paciente y con la pareja o familiar, examen polisomnográfico y también puede ser indicado un examen dental.

El estudio del sueño o examen polisomnográfico de la persona con bruxismo mostrará actividad en los músculos mandibulares durante el periodo de sueño y ausencia de actividad epiléptica asociada.

En cuanto al grado de severidad, el bruxismo puede ser leve, moderado o severo. Se considera leve si los episodios no ocurren todas las noches y si no existe evidencia de lesión dental o alteración en el funcionamiento psicosocial. Bruxismo moderado se consideraría cuando los episodios ocurren cada noche y existe evidencia de daño moderado del funcionamiento psicosocial. Si además de ocurrir los episodios cada noche, existe evidencia de daño dental, trastornos en las articulaciones temporomandibulares, otros daños físicos, o  alteración del funcionamiento psicosocial, entonces hablamos de bruxismo severo.

¿Es un trastorno frecuente?

La prevalencia del bruxismo nocturno primario es del 6-8% en población general adulta y del 2 al 12% en la infancia, siendo superior en personas con antecedentes familiares del trastorno. Decrece con la edad, observándose un 3% a partir de los 60 años. La franja de edad en la que es más frecuente es la etapa adulta joven.

Aunque existen pocos trabajos sobre el curso o desarrollo normal del bruxismo, parece predominar el curso crónico, aunque puede también tener un curso transitorio. No parecen existir diferencias en cuanto a género.

¿Cuáles son las causas del Bruxismo?

La etiología del bruxismo no está clara. De todas las teorías que han intentado explicar el bruxismo, unas hipótesis están centradas en aspectos relacionados con la implicación de ciertas estructuras anatómicas, otras se basan más en factores fisiológicos y otras consideran ciertos aspectos psicológicos como los desencadenantes de esta conducta.

Dentro de las primeras hipótesis estarían las anomalías en la oclusión dental y en la articulación, así como en la anatomía de la región orofacial. Históricamente, éstos fueron los primeros factores que se consideraron responsables del inicio y mantenimiento del bruxismo; hoy en día se considera que si las características de oclusión juegan algún papel en la génesis del trastorno, éste es muy pequeño.

También se ha estudiado la implicación de ciertos neurotransmisores como la dopamina, la noradrenalina o la serotonina, con resultados que todavía no son concluyentes.

La genética sí parece ser que influye en el origen de este trastorno el sueño, ya que los estudios indican que hijos de personas afectadas presentan con más frecuencia el trastorno que hijos de no afectados. Sin embargo, no se ha encontrado ningún marcador genético que explique el modo de transmisión.

Clásicamente el bruxismo también se ha relacionado con ansiedad y situaciones de estrés y se han propuesto los factores psicológicos como los desencadenantes en la aparición del bruxismo. Los diferentes estudios que han tratado el tema son muy diferentes y obtienen diversos resultados por lo que queda abierto el debate en este aspecto. Pese a no haber datos concluyentes es frecuente encontrar relación entre ansiedad y bruxismo.

Existen una serie de factores de riesgo que parecen exacerbar el bruxismo. Entre ellos encontramos el consumo de ciertas sustancias como el tabaco, cafeína, o consumo elevado de alcohol; factores psicológicos como rasgos de ansiedad o patrón de personalidad tipo A y algunos trastornos del sueño (ronquido, apnea del sueño o movimientos periódicos de las extremidades).

¿Cuáles son los tratamientos para el Bruxismo?

Dado que no se ha demostrado científicamente un tratamiento específico eficaz para el bruxismo, las principales intervenciones se dirigen hacia la protección dental y prevención de lesiones en estructuras orofaciales, hacia el alivio del dolor, y hacia la mejora del sueño si éste se viera afectado. Para ello se utilizan tres tipos de tratamientos: dental, farmacológico y psicológico.

En cuanto a los tratamientos dentales se pueden llevar  a cabo diversas intervenciones. Se realizan ajustes en la mordedura u oclusión, se restaura el contorno y superficie de los dientes, y el que es el más usado, el utilizar durante la noche fundas dentales para proteger los dientes y controlar el dolor o disfunción temporomandibular. Su eficacia para reducir la actividad promotora o los arousals del sueño todavía es motivo de debate.

Desde el punto de vista farmacológico parece ser que las benzodiacepinas y los relajantes musculares podrían ser útiles a corto plazo, especialmente si existe dolor asociado al bruxismo.

La intervención psicológica en el tratamiento del bruxismo ha consistido fundamentalmente en la aplicación de estrategias para la reducción de la  ansiedad y el estrés. Así pues, se utilizan técnicas de relajación, programas de entrenamiento con biofeedback e hipnosis. También se han utilizado otras técnicas psicológicas como la práctica masiva negativa, arousal más sobrecorrección, inversión del hábito y el condicionamiento aversivo gustativo.

Por lo general, y aunque no existen estudios controlados al respecto, a los pacientes con bruxismo se les aconseja en la mayoría de los casos  pautas de higiene del sueño, entre ellas, relajación, evitar sustancias como el café o psicoestimulantes por la tarde-noche y no fumar.

En conclusión, no existe un tratamiento específico para el bruxismo. Cada paciente debe ser individualmente evaluado y tratado en función de su caso y de aquellos aspectos más relevantes, ayudándole a prevenir complicaciones dentales y mandibulares secundarias. De todas formas, la mayoría de pacientes no consideran el bruxismo como un problema y tampoco todos precisan tratamiento. Sin embargo, es necesario aportar información a los pacientes para prevenir las consecuencias mencionadas.

Marian Gil
Marian Gil
info@mariangilpsicologia.com

Psicóloga cognitivo-conductual Zaragoza

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